
El primer día de la semana (domingo en Occidente) los soldados israelíes vuelven a sus bases luego de pasar el Shabat en familia. Durante las primeras horas de la mañana de ese día, las calles lucen abarrotadas de los jóvenes –casi niños, en verdad– sobre cuyos hombros recae la seguridad de un país siempre bajo amenaza. Cada israelí fue o irá al servicio militar. Todos en algún momento tendremos un vecino soldado, aunque para comenzar solo sea en el autobús del domingo por la mañana.
Otros Álbumes
