Instantáneas israelíes

Por Fanny Díaz

RakbIsrael
Solo en Israel

Solo en Israel

I

El muchacho pregunta si me gusta la nostalgia. “Depende de qué tipo de nostalgia”, respondo, y él pone en Youtube una canción de hace tres años. ¿Propio de su edad o más bien propio de un país donde la novedad es la regla? ¿Qué importa, a fin de cuentas?

II

El hombre descarga en mí su resentimiento con el mercado de trabajo israelí. Me hace saber que “mi industria” le ha quitado el trabajo a millones de personas y que por eso merecemos ser pechados con más impuestos que el resto de los trabajadores. Como si eso solo sucediera en Israel y como si fuera yo la presidenta de una corporación de alta tecnología y no la obrera del teclado que soy. Para calmarlo, le digo que Israel es quizás el único país del mundo en el que se necesita contratar dos empresas para un solo servicio de internet. De todas formas no sé si entendió lo que quise decir.

III

A la mujer le asombra mi entusiasmo por la moda israelí: “Quizás vivimos en países distintos. Yo solo veo bermudas y sandalias para cualquier ocasión, blue jeans en la sinagoga, lentejuelas ochentosas en los matrimonios”, dice. “Yo hablo de Ronen Chen, la semana de la moda, los tours de compra en Tel Aviv”, contesto. “Y yo hablo de la realidad, de lo que hay”, deja sentado ella con impaciencia. Quizás tenga razón, pienso, solo que yo prefiero vivir en este mundo paralelo donde encontrar belleza es la máxima ley.

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