Trabajando aunque sea fallo

Camino al trabajo

Cada día, en cualquier parte del mundo, millones de personas pierden su empleo, cambian de lugar en busca de una mejor opción, sueñan con el momento de volver a tener un pago mensual (o semanal, o quincenal, depende del país, poco importa) en sus manos. Todavía creen que un “empleo seguro” es lo único que necesitan para vivir mejor.

¿“Empleo seguro”? Cuando escucho a alguien hablar el idioma de los funcionarios me pregunto qué parte habrá que explicarle para que entienda algo. Si uno ve a su alrededor un ejército de desempleados y otro ejército de gente que vive bajo la tiranía del fantasma del desempleo, lo menos que podría pensar es que ya no hay nada seguro, ni siquiera la muerte (ahora la gente vive demasiado y la mayoría no está en capacidad de jubilarse). Pero los humanos somos lentos para asimilar ciertas realidades. ¿La peor parte? La condena colectiva para quien se atreva siquiera a sugerir que algo no anda bien en la ecuación trabajo fijo = seguridad.

Y aquí estoy yo, cada día buscando una manera de justificar mi existencia. Hay que callarse ciertos pensamientos. Hay que asentir si no quiere uno convertirse en un total paria. Hay que buscar un oficio serio, en vez de querer vivir de las palabras, que ya casi nadie lee, por si no te has dado por enterada.

Así que busco ayuda en una cosa que llaman “Manpower, Koaj Adam, ¿poder humano?”, y en vista de mi poca ortodoxa experiencia profesional tengo que apechugar con lo que salga. “¿Ha trabajado usted solo en libros?”. “¿Solo? Bueno, he trabajado como en cien libros”. “Quiero decir que si usted sabe hacer algo más que leer libros”. “Oiga, que no me pagaban para leer libros, sino para cuidar que salieran bien”. En fin… que no aclares tanto, que oscureces, como dicen en mi pueblo.

De ahí salgo empoderada (como dirían los libros de gerencia en los que alguna vez trabajé), hacia una verdadera vida laboral. Me envían a doblar ropa en un depósito de cadenas internacionales. Toda la ropa cara que no podré comprarme a menos que no pague la renta ni coma, pasa por estas manos tan acostumbradas a la manicura y al teclado. Las doblo cuidadosamente a la mayor velocidad posible (una combinación de acciones que no siempre se me da bien), luego quito la etiqueta extranjera y pego la nacional. Al menos ya sé distinguir la que está en hebreo, me consuelo. Todavía vivo de las palabras.

Cientos de mujeres venidas de casi cualquier parte del mundo realizan la misma acción maquinal una y otra vez. Han llegado de lejos buscando una mejor vida y quizás de verdad esta sea mejor que la que tenían en casa. No es un empleo seguro, pero es al menos un empleo. Yo he venido tras el sueño sionista, y los sueños se pagan. No estamos en temporada de ofertas.

Fanny Díaz

9 comentarios en “Trabajando aunque sea fallo

  1. REBECA RAMIREZ

    Hola Fanny:

    He leido tu blog varias veces, me encanta tu estilo, aparte esta semana fui a un consultorio y lei un articulo tuyo en una revista…
    Te admiro por haberte decidido y a la vez me impresiona la manera como describes tu trabajo.
    muchos saludos desde VENEZUELA
    REBECA

    1. Rebeca: No sé si tienes idea de cuánto significa para mí tu comentario. Mi columna de la revista Sambil es mi contacto «real» con mi país, que será para siempre mi tierra. Nunca sabremos de antemano lo que nos espera. Solo tenemos tras nosotros la historia personal y colectiva. Gracias por tu visita y gracias de nuevo por tu comentario.

  2. Hola Fanny, a mí también me encanta tu blog y tu estilo al escribir. No desmayes. Entre tantos millones de hablantes en el idioma español todavía hay muchos que leen y, lo más importante, todavía hay muchos que entienden lo que leen.
    Ediciones Grupo TEI en pleno está pensando mudarse a Israel en algún momento y, aunque me gustaría seguir trabajando con los libros, también le echo pichón a doblar ropa o lo que salga. Un abrazo desde Caracas
    Silvia

    1. Gracias por visitarme, Silvia. Aprecio a mis lectores y su capacidad de entender y sentir. Con respecto al Grupo TEI, me parece que si somos más con los libros, hay bastante chance de que no tengamos que seguir doblando ropa. Un abrazo desde Israel

    2. Gracias por visitarme, Silvia. Aprecio a mis lectores y su capacidad de entender y sentir. Con respecto al Grupo TEI, me parece que si somos más con los libros, hay bastante chance de que no tengamos que seguir doblando ropa. Un abrazo desde Israel

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